La presidente de Chile visitó hoy
nuestro país, siendo uno de los motivos de su viaje revitalizar el Tratado de
Maipú, firmado en 2009 por ella misma y la presidente argentina. Dicho tratado
abarca el proyecto Aconcagua y el paso de Aguas Negras. Afortunadamente, a
nuestro juicio, no se ha concretado aún este proyecto que consideramos
inconveniente para la Argentina. Sobre
eso publicamos un artículo hace diez años (boletín Acción Nº 68, agosto 2004),
que consideramos oportuno reproducir, pues conserva actualidad para conocer la
situación.
REGION
CENTRO Y LA SALIDA AL
PACIFICO
En nuestra ciudad de Córdoba, se lanzó oficialmente (27/28-7-04) la Región Centro de la República Argentina ,
en el marco de lo previsto por la Constitución Nacional ,
en su última reforma, que agregó al texto el Art. 124, facultando a las
provincias a crear regiones para el desarrollo económico y social.
El l2 de agosto, los tres gobernadores: Jose Manuel De la Sota (Córdoba), Jorge Obeid
(Santa Fe) y Jorge Busti (Entre Ríos), fueron recibidos por el presidente
Néstor Kirchner, con quien acordaron un plan trienal para la Región Centro , que
tendrá por objeto motorizar proyectos de infraestructura, producción económica
y políticas comunes. Entre los proyectos se encuentran la culminación de la
autopista Rosario-Córdoba, la autovía Concordia-Paraná, Paraná-Santa Fe y Santa
Fe-Córdoba. Además, insistieron en el reclamo de una eliminación paulatina de
las retenciones por las exportaciones agrícolas, que las provincias perciben
como una exacción de recursos genuinos de la región, para ser gastados en otras
partes.
El problema principal radica en la insuficiente infraestructura, que
está diseñada para un equivalente a la mitad de las 37 millones de toneladas
que se producen actualmente en la
Región. Se estima que la infraestructura necesaria demandaría
una inversión del orden de los 5.000 millones de dólares, debiendo tenerse en
cuenta que el sobrecosto logístico actual para el productor, por carecer de
infraestructura adecuada, que articule transporte multimodal (camiones, trenes
y barcazas), se estima en 300 millones de dólares anuales (La Voz del Interior, 25-7-04).
Se ha señalado la intención de promover la vinculación de los estados
del sur de Brasil (Paraná, Santa Catarina y Porto Alegre), con la Región Centro y, a
través de San Juan, buscar la salida al Pacífico por el puerto de aguas
profundas de Coquimbo, en la
IV Región de Chile (“corredor bioceánico”). Consideramos que este aspecto del proyecto
debería ser estudiado con mayor detenimiento, pues posee aristas
inconvenientes. En efecto, se afirma que el desarrollo del Paso de Aguas
Negras, facilitaría la salida de los productos a los mercados de Oriente, con
fletes más bajos.
Precisamente, en la reciente visita
presidencial a China, se firmó un acta compromiso sobre la financiación que
brindaría el Estado Chino a la
Provincia de San Juan, para la construcción de un túnel de 14
kilómetros, destinado a bajar el Paso de Aguas Negras unos 900 metros, lo que
permitiría que sea transitable los 365 días del año (La Mañana de Córdoba,
27-7-04). La obra proyectada, que incoporaría tecnología china, comenzaría a
hacerse realidad en noviembre, cuando se concrete una reunión cumbre entre los
presidentes de Argentina y Chile, con el presidente de China, Hu Jintao
(Clarín, l4-8-04).
Suele repetirse que la
Argentina debe acentuar su comercio internacional, utilizando
ambos océanos, como lo hace, por ejemplo, Estados Unidos. En realidad, si el
gran país del norte procede así, es porque goza de soberanía en las dos costas.
En cambio la Argentina ,
que también tenía acceso directo al pacífico, lo perdió por el Tratado de 1881,
y los protocolos y arbitrajes subsiguientes. Por eso, como afirma el Cnel.
Rodriguez Zía, que ha estudiado a fondo el tema: “La única geopolítica de salida a los mares que debe tener la Nación Argentina
es la del Atlántico; por la muy sencilla razón que es su mar propio, donde
tiene sus puertos y adonde desemboca la vertebral Hidrovía
Paraguay-Paraná-Plata.”[1]
Para la mayoría de las zonas argentinas, el problema del uso de puertos
chilenos consiste en la mayor distancia y mayor demora en el previo traslado de
mercaderías por la ruta terrestre. Los 22 puertos de ultramar argentinos, desde
Santa Fe hasta Ushuaia, cuentan con una red de vías férreas y caminos
pavimentados que facilitan el acceso a los mismos. Es evidente, entonces, que
resulta lógico utilizar los puertos que, además de estar ubicados a menor
distancia de los centros productores, son argentinos.
Canalizar la producción de nuestro paìs por puertos chilenos constituye,
no sólo un pésimo negocio, sino un verdadero desatino. Únicamente la zona de
Cuyo, y parte del NOA tienen puertos chilenos más próximos que los nuestros.
Pero desde Tucumán, incluso Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero, están más cerca del
puerto de Santa Fe, que del de Caldera y otros chilenos. El Litoral, la Región Centro y el
norte de la provincia de Buenos Aires, tienen disponibles puertos argentinos a
distancias no mayores a los 300 kilómetros. Y es de esta zona desde la cual se
exporta un 90 % de la producción agraria e industrial del país.
Como puede observarse en un mapa[2],
el puerto de Antofagasta está más cerca que Buenos Aires respecto a los puertos
de China norte, Japón, Taiwan y Corea; pero, desde Hong Kong y desde Manila
hacia el oeste, toda el Asia está más cerca de Buenos Aires y de toda la costa
sudamericana, desde Santos a la boca del Río de la Plata. Además , de Hong
Kong hasta Yokohama, la menor distancia por mar es compensada, por el mayor tiempo y costo que demanda el
tránsito terrestre hacia el acceso a los puertos chilenos.
Resulta inexplicable que al crearse la Región Centro se
haga hincapié en el “corredor bioceánico”, y que se pretenda convencer sobre
los “fletes más bajos” que tendrían con su uso las provincias de la Región Centro y La Rioja. Desde ésta
última ciudad, hay 858 kilómetros hasta el puerto de Caldera, mientras existen
761 kilómetros hasta el puerto de Santa Fe (97 kilómetros menos). No hace falta
aclarar que desde cualquier lugar de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe,
resulta menor el traslado al puerto de Santa Fe. Pero, como esta Región se fundó oficialmente en la ciudad de Córdoba, y
en la reunión estuvieron presentes autoridades del Puerto de Coquimbo, vale la
pena señalar que desde dicho puerto hasta la ciudad mediterránea la distancia
es de 970 kilómetros, o sea 641 kilómetros más que para acceder al Puerto de
Santa Fe desde Córdoba.
Uno de los órganos de la flamante Región Centro es la “Junta de
Gobernadores”; no deja de llamarnos la atención, que uno de sus miembros, el
gobernador de Santa Fe, poco después de quedar constituida la Región , afirmó que: “Este
es un país de paradojas: mientras la relación del costo del flete es de 7 a l
respecto del de carreteras y de 7 a 2 con relación al ferroviario, sólo se
utiliza un 7 % de la hidrovía, un l8 % del ferrocarril y un 75 % el transporte
de caminos”, al tiempo que reclamó “soluciones racionales al costo del flete”[3].
En efecto, los datos que proporcionó resaltan la conveniencia del transporte
fluvial, pero entonces, ¿por qué incentivar el corredor bioceánico, que exige
el transporte por tierra?
No caben dudas que la demanda mundial de carbohidratos y proteínas se
incrementará en el futuro inmediato, y, según
datos de la Organización
para la Cooperación
y el Desarrollo (OCDE), Argentina, Brasil, India y China, “serán los países con
mayor crecimiento agrícola en los próximos l0 años”; la Argentina está en condiciones de producir l00
millones de toneladas de granos y exportar l millón de toneladas de carne
(Clarín, l9-8-04). Este futuro promisorio sólo se hará realidad, si se
logra diseñar e implementar una estrategia nacional de desarrollo, que puede
muy bien estar vinculada a una geopolítica de integración regional, mientras se
dé prioridad al interés nacional. Para ello, la Argentina debe
aprovechar al máximo el transporte masivo por aguas interiores a largas
distancias, dadas las ventajas en costos de fletes y tiempos de viaje. Puede
aportar seguridad navegable, menores costos y velocidad, con navegación
autopropulsada o en barcazas fluvio-oceánicas, por el Paraná Medio y Alto (21
pies), el Alto Paraná-Aguapey-Uruguay (l5 pies), y el Paraná Inferior-Río de la Plata , con 40 pies[4]. Es claro que todo depende, en última
instancia, de la decisión política. Y, como reflexionaba Toynbee, la geografía
condiciona al hombre y le presenta un desafío, “o responde y lo supera, o no
responde y es derrotado”.
Cuando se alude a la hidrovía Paraguay-Paraná, ya se está omitiendo al
Río de la Plata ,
siendo que lo más importante de la misma es la salida al mar, que tiene lugar
por el Plata. Pero además -en el mismo folleto oficial de la Región Centro[5]-se
limita la extensión de la hidrovía a 3.440 kilómetros. La extensión total de la Hidrovía Paraguay-Paraná -Plata,
es de 4.l89 kilómetros, desde las nacientes del Paraguay hasta las bocas del
Plata. Por consiguiente, hay que sumar a los 3.442 kms. entre los puertos
extremos, 260 desde Buenos Aires a las Bocas del Plata, y 477 desde Pto.
Cáceres a las nacientes del Paraguay[6].
No está demás acotar que en el folleto oficial citado, se afirma que la Hidrovía concluye en el
Puerto de Nueva Palmira (Uruguay), que es un puerto que utiliza Brasil, por
convenio con el paìs vecino. Es otro ejemplo de la subordinación intelectual de
nuestros dirigentes a intereses ajenos a los propios. Mientras no surjan nuevos
dirigentes, que investiguen a fondo los problemas nacionales, y actuen con
decisión para impulsar la restauración argentina, no se podrán aprovechar las
ventajas naturales que nos otorgó la Providencia.
“En la era de la globalización, donde el
poder nacional parece diluirse, es de vital importancia revalorizar el
patrimonio territorial como uno de los últimos reductos contra el avance de un
totalitarismo globalizante que amenaza imponer un pensamiento unitario,
arrasando con las individualidades nacionales y las pluralidades culturales.”[7]
[1] Rodríguez Zía. “Puertos
precisos”; Buenos Aires, Círculo Militar, 1993,
p.37.
[2] Id., p. l69.
[3] Obeid, Jorge; en “Primer
Encuentro Argentino de Transporte Fluvial”, Rosario (La Nación , 3-8-04).
[4] Boscovich, Nicolás.
“Geoestrategia para la integración regional”; Buenos Aires, Ciudad Argentina,
l999, p. 3l4.
[5] “Lanzamiento oficial de la Región Centro de
Argentina”; Córdoba, 27 y 28 de julio de 2004, p. l3.
[6] Rodríguez Zía, op. cit.,
p. l98.
[7] Boscovich, op. cit., p.
l98.