lunes, 25 de marzo de 2013

Opinión sobre el Papa




Conocemos de cerca algunas actitudes heterodoxas del Cardenal Bergoglio; pero  ya no existe el Arzobispo de Buenos Aires, que se transformó en el Papa Francisco.
El Espíritu Santo no puede equivocarse, y como actúa por causas segundas, ha influenciado a los cardenales para adoptar esta decisión, conociendo la historia completa de la Salvación, cuando nosotros solo conocemos algunos capítulos.

Esta nueva realidad, nos obliga a esforzarnos más para conocer y difundir el Magisterio, cosa nada fácil. Tenemos hoy que distinguirnos -y defendernos- de:

* los sede vacantistas
* los lefebvristas
* los fundamentalistas, que no se animan a pasar a uno de esos sectores, pero hacen mucho daño, especialmente entre los jóvenes, desconfiando de todo lo que viene de Roma (¡desconfiaban de Benedicto!)
* los progresistas, curas y laicos, que pretenden cambiar la religión desde dentro
* los ex-curas que despotrican contra la Iglesia, y siguen influyendo en muchos católicos.

 Siempre será lícita la discrepancia con la jerarquía –incluído el Sumo Pontífice- en cuestiones no esenciales, pero, aún en esos casos,  las dudas o críticas deben manifestarse con discreción y respeto. También los laicos, como enseña el Catecismo (907):

Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestarla a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres y la reverencia hacia los pastores, habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas (Código de Derecho Canónico, can. 212, 3).

Mario Meneghini
17-3-13