Confesamos no entender la elección de este científico como consultor del Vaticano, dados sus antecedentes.
Ciudad del Vaticano, 17 de junio 2015 (Vis).-
El Santo Padre ha nombrado al profesor Hans Joachim
Schellnhuber como Miembro Ordinario de la Pontificia Academia de las Ciencias.
El nuevo miembro es Profesor de Física Teórica en la Universidad de Postdam y
Director del Institute for Climate Impact de Postdam (Alemania).
Además el profesor John Schellnhuber ha sido elegido como
ponente durante la publicación de un documento papal sobre el cambio climático
que se producirá en breve.
Schellnhuber es conocido por haber declarado
previamente que el planeta sufre una sobrepoblación de por lo menos seis mil
millones de personas.
En un artículo de 2009 publicado en el New York Times,
Schnellnhuber, asesor de Angela Merkel, y profesor en Oxford, dijo sobre el
calentamiento global que: “De forma cínica, es un triunfo para la ciencia
porque al fin nos ha permitido concluir las estimaciones de la capacidad de
carga del planeta, que deben estar por debajo de los 1.000 millones de
personas”.
“La encíclica sobre el cambio climático, tiene
previsto su lanzamiento el 18 de junio en la Ciudad del Vaticano”, informa
Breitbart.com. “Tal vez con la excepción de la encíclica de 1968 sobre la
anticoncepción, ningún documento del Vaticano ha sido bienvenido con tanta
anticipación”
Es muy significativo que el Vaticano se alinee
ideológicamente con personas como el profesor Schellnhuber.
Cabe destacar que Schellnhuber lleva tiempo
fantaseando con la creación de una “Corte Planetaria” guiada por una nueva
“Constitución de la Tierra”, que ejerza un poder sobre todas las naciones y
gobiernos del planeta.
Schellnhuber defiende la creación de un gobierno
mundial con grandes poderes, centrado en la lucha contra el cambio climatico,
que gobernaría el planeta, estableciendo prácticamente una “dictadura
científica” de facto.
Tal y como Schellnhuber afirma:
“Permítanme concluir esta breve contribución con un
sueño acerca de esas instituciones clave que podrían lograr una sofisticada (y
por lo tanto más apropiada) versión de la noción convencional de “gobierno
mundial”.
La democracia global podría organizarse en torno a
tres actividades principales:
(i) una Constitución de la Tierra
(ii) un Consejo Mundial
(iii) un Tribunal Planetario.
No puedo hablar de estas instituciones en detalle
aquí, pero me gustaría indicar, al menos, lo siguiente:
·La Constitución de la Tierra trascendería la Carta de
la ONU e identificaría aquellos primeros principios rectores de la humanidad en
su búsqueda de la libertad, la dignidad, la seguridad y la sostenibilidad.
·El Consejo Mundial sería una asamblea de individuos
elegidos directamente por todos los habitantes de la Tierra, donde la
elegibilidad no debería ser limitada por cuotas geográficas, religiosas o
culturales
·El Tribunal Planetario sería un cuerpo legal
transnacional abierta a apelaciones de todo el mundo, especialmente con
respecto a violaciones de la Constitución de la Tierra.
Schellnhuber, en otras palabras, cree que la creación
de un gobierno mundial puede generar “libertad” para la humanidad dictándole lo
que debe hacer a través de una Corte Planetaria guiada por una Constitución de
la Tierra.
Obviamente, Schellnhuber olvida mencionar que haría
falta un “ejército de la tierra” y una “policia de la tierra” que obligara a
todo el planeta a cumplir estos dictados.
No olvidemos que Schellnhuber es alguien que cree
firmemente que sobran 6.000 millones de personas en este planeta, por lo que
los dictados de esta corte planetaria que tanto defiende, podrían determinar
que “sobra gente y que algo se debería hacer para reducir la población y salvar
al planeta de la destrucción”.
Fuentes: