sábado, 3 de mayo de 2014

INTERESANTE REFLEXIÓN DE DON PEPE MUJICA, AUNQUE EXTEMPORÁNEA


A los pocos días de haberse publicado el último artículo en este blog, nos sorprende gratamente el realismo que exhibe el presidente del Uruguay, con motivo de la reglamentación de la ley que confiere al Estado vecino el monopolio del cultivo y venta de marihuana en ese país.

El presidente José Mujica defendió el plan para legalizar la marihuana lo consideró mejor incluso que el que se ha establecido en Colorado, Estados Unidos, donde las autoridades “le pierden el rastro al que compra”, lo que Mujica, insiste, no ocurrirá en Uruguay.

No acompañamos la idea de que la marihuana es benigna, es poética y toda rodeada de virtudes. Ninguna adicción es buena, sostuvo. Y si para evadirme del mundo necesito una pichicata (droga) ando mal. Yo tomo un vaso de whisky comúnmente. Pero si tomo una botella de whisky todos los días me tienen que tratar. No quiere decir que el whisky sea bueno, pero hay ciertos márgenes un poco tolerables. El problema es cuando transgredimos esos márgenes.

Nosotros no vamos a fomentar la fumata, la bohemia, todo eso que lo quieren revestir de inocuo. Nos tratarán de viejos reaccionarios. Pero ésta no es una política que busque expandir el consumo de la marihuana. Lo que busca es mantenerlo dentro de una racionalidad y que no hay que deslizarse en el camino de una enfermedad.

Mujica admitió que es posible que su país reciba el llamado “turismo cannábico”, pero estimó que no encontrarán mucha yerba disponible para comprar.
“Van a venir”, dijo. “Pero nosotros somos una sociedad bastante madura y no creo que haya una disponibilidad para vender a troche y moche. Alguna cosita puede ser que se nos escape”. En cambio advirtió que habrá un “flor de lío” si productores clandestinos de marihuana de Paraguay, a través del narcotráfico, inundan el mercado uruguayo de marihuana más barata que la legal.

Lamentablemente, una vez legalizado el consumo, las restricciones a la compra (identificación del usuario, mayoría de edad, precio, y cantidad permitida) harán inevitablemente que quien tiene el vicio  (o lo adquiere ahora al ser legal la compra), busque otra opción de compra, cayendo en las garras del narcotráfico, que se quería evitar con la legalización.

(Fuente: Clarín, 3-5-14)