jueves, 2 de agosto de 2012

Recensión



La Doctrina Social de la Iglesia – 
por el Dr. Mario Meneghini

Por José Antonio Riesco

Con el título de “Sumario de la Doctrina Social”,  en dos tomos editados por el Centro de Estudios Cívicos (Córdoba, 2012), se ofrece una versión  de las tesis con que la Iglesia Católica, desde antes pero sobre todo a partir de la Rerum Novarum (León XIII, 1891) viene abordando la problemática social planteada por la modernidad e intensificada en la etapa contemporánea. Y ello tanto en las naciones avanzadas cuanto en el gran ámbito geográfico y humano de las que pugnan por el desarrollo.

Poner orden en la copiosa producción de documentos emanados de la jerarquía  --y con contenidos que multiplican las ideas y dictámenes-- requiere un conocimiento diría integral de la materia y un especial esfuerzo para no afectar su unidad. Esto es lo que precisamente logra el Dr. Mario Meneghini, profesional de las ciencias políticas y experto en cuestiones de administración. Su obra exhibe el mérito –dentro de una respetuosa ortodoxia-- de haber construido un sistema de principios y reglas que organiza los elementos doctrinarios pertinentes de la Doctrina  Social. Un aporte sustantivo para el lector o el estudioso, inclusive para los que no van  a misa, ya que, unos y otros, demandan orientación de signo espiritual para enfrentar la compleja y contradictoria realidad de nuestro tiempo.

La temática puesta en letra es muy completa, contribuye con una exitosa combinación entre el ángulo de la Fe, ciertamente insoslayable para un pensador cristiano, y los aportes más racionales de la filosofía, la sociología y la ciencia política. Pero resolviendo  --esa parece la intención--  en forma positiva las incompatibilidades y las oscuridades. En toda religión siempre habrá una porción de misterio y un desafío a la capacidad de coherencia que el hombre tiene el deber de alcanzar.

En el tomo 1 desfilan tópicos relativos al Magisterio, al contenido de la Doctrina, y con  esos soportes varios asuntos como persona y sociedad, propiedad y trabajo, orden económico y desarrollo humano. En el 2 los que atienden a la experiencia política :  autoridad y poder, organización de la vida política, ética del uso de la fuerza y desviaciones de la recta doctrina. Al final hay un listado bibliográfico que especifica, en los autores y sus obras, las citas del texto.

No hace falta coincidir en un todo con las afirmaciones del autor al reconocer la admirable utilidad que prestará su obra para dilucidar muchas cuestiones que aparecen plagadas de confusión por la incidencia de los extremismos, tanto de la diestra como de la siniestra. Por que no se trata de  un catecismo; pero aún si lo fuera nunca podría ignorar el derecho a leerlo con la necesaria libertad mental.

Me refiero, por ejemplo, a la suerte de anatema (t. 2 pág. 7) que se lanza contra el rol histórico y  teórico del liberalismo, cuyas cartas constitucionales al construir la democracia siempre remitieron a “la protección de Dios” pese a su etapa de enfrentamiento con la Iglesia tradicional.

En la Argentina de hoy, frente a las torpezas de cierto populismo degenerado, han resucitado los mentores del “laissez faire” y lo hacen en la gran prensa con el estilo de dinosaurios ideológicos. Pero eso no justifica ignorar que el laicismo liberal, luego de la caída de las monarquías absolutistas, fue consecuente con sus ideas y no se le ocurrió, salvo excepciones, perseguir a  la religión de manera sistemática, como si ocurría en el Ancien Régime contra las heterodoxias de cualquier género.

Siempre he pensado que sin someterse a restricciones de sacristía propia de viejos tiempos, en la Doctrina Social de la Iglesia hay todo lo necesario para conferir contenido y objetivos a los proyectos socio-políticos que, por encima del marxismo o el fascismo, miran hacia la convivencia, la justicia y el desarrollo. Lo que, en definitiva, surge a pleno en la obra del Dr. Mario Meneghini.-
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