La lectura de un artículo del filósofo Silvio
Maresca, nos motivó a publicar este breve comentario. No cabe duda que una
frase de Perón citada por el autor mencionado[1], se
inspira en la Carta Apostólica
de Pablo VI, Octogesima adveniens[2].
Esto no es algo meramente casual, sino que responde a una coincidencia de fondo
entre el Justicialismo como doctrina política, y el cristianismo.
En el documento que se considera como el testamento
político del general Perón, el Modelo Argentino
para el proyecto nacional, presentado oficialmente ante la Asamblea Legislativa
el 1 de mayo de 1974, se encuentran varias definiciones que muestran con
claridad lo afirmado anteriormente y que conviene recordar:
-Existe una
cabal coincidencia entre nuestra concepción del hombre y del mundo, nuestra
interpretación de la justicia social y los principios esenciales de la Iglesia.
-Un hombre
hecho a imagen y semejanza de Dios, realizando su existencia como sujeto
histórico que desempeña en el mundo una mística espiritual entre los seres de la Creación.
-En este
sentido, no sólo los principios filosóficos guardan plena coherencia; la Iglesia y el Justicialismo
instauran una misma ética, fundamento de una moral común, y una idéntica
prédica por la paz y el amor entre los hombres”.
-No pretendo
evaluar integralmente la concepción de la Iglesia a los propósitos de un modelo temporal
como es el Modelo Argentino. Pero estoy seguro, eso sí, que el llamamiento de
las cartas encíclicas, las constituciones pastorales y las cartas apostólicas
–particularmente las más recientes- constituyen para nosotros un aporte claro y
profundo. Pienso que, en este terreno, el Modelo Argentino sólo necesita que
ese mensaje sea adoptado eficientemente.
Presento un
Modelo Nacional, Social y Cristiano.
-La ruta que
debemos recorrer activamente es la misma que definen las Escrituras: un camino
de fe, de amor y de justicia, para un hombre argentino cada vez más sediento de
verdad.[3]
Los conceptos transcriptos guardan coherencia con lo
que un cuarto de siglo antes, Perón había expuesto en la Doctrina Peronista :
-El
cristianismo, que constituyó la primera gran revolución, la primera liberación
humana, podría rectificar felizmente las concepciones griegas, pero esa
rectificación se parecería mejor a una aportación.
Enriqueció
la personalidad del hombre e hizo de la libertad, teórica y limitada hasta
entonces, una posibilidad universal (…).
Lo que le
faltó a Grecia para la definición perfecta de la comunidad y del Estado fue,
precisamente, lo aportado por el Cristianismo: su hombre vertical, eterno,
imagen de Dios”.[4]
En un momento de crisis profunda de la sociedad
argentina, 43 ciudadanos destacados de la cultura y de la política –Grupo
Consensos-, firmaron un manifiesto[5], en
el que destacan que, al margen de preferencias partidistas, el núcleo básico de
la doctrina política del justicialismo puede ser compartida hoy por muchos, y
contribuir al esclarecimiento de los dirigentes, sin desconocer los errores y
desviaciones ideológicas de quienes han pretendido aplicar dicha doctrina en el
pasado.
Precisamente, en la actualidad asistimos a una profunda embestida
cultural que pretende destruir desde el gobierno nacional, las mismas bases de
la nación argentina, en abierta contradicción con los principios del
justicialismo.
Boletín Acción, Nº 145, 26-6-12
[1] “La
apelación a la utopía es, con frecuencia, un cómodo pretexto cuando se quiere
rehuir las tareas concretas y refugiarse en un mundo imaginario; vivir en un
futuro hipotético significa deponer las responsabilidades inmediatas.”: Modelo
argentino para el proyecto nacional; citado por Silvio Maresca, “Incursiones
intempestivas políticamente incorrectas”, en revista Consensos, Nº 2, junio
2012, p. 68.
[2] “La
apelación a la utopia es con frecuencia un cómodo pretexto para quien desea
rehuir las tareas concretas refungiándose en un mundo imaginario. Vivir en un
futuro hipotético es una coartada fácil para deponer responsabilidades
inmediatas”; Octogesima adveniens,
1971, p. 37.
[3] Op. cit., pp. 135 y 136.
[4] Perón, Juan Domingo. Doctrina Peronista; Buenos Aires,
Ediciones Macacha Guemes, 1973, p. 67.
[5] Grupo Consensos. Hacia la comunidad organizada del siglo XXI,
2012.