En un
editorial del diario La Nación (23-4), se critica una moción de la abogada Ana
Rosenfeld, consistente en volver a tipificar el adulterio como causal de
divorcio. El actual Código Civil y Comercial, eliminó las causales de divorcio
al permitir la ruptura matrimonial por decisión de uno de los esposos, al cual
no es posible oponerse.
En lo
que respecta al deber de fidelidad, se lo considera un deber moral, no un ilícito civil. “La propuesta de la abogada
importa contradecir la filosofía que, bien o mal, impregnó toda la reforma del
derecho de familia en cuanto al divorcio se refiere, eliminando la noción de culpa, condenada desde la psicología,
habilitando a cualquiera de los esposos a iniciar el trámite de divorcio, fuera
cual fuera su conducta matrimonial, y descartando que la otra parte pueda
oponerse.”
Curiosa
manera de promover los derechos humanos. Con el mismo razonamiento lógico, el
marido podría asesinar a su mujer; puesto
que la noción de culpa ha sido condenada por la psicología, no debería acusarse
de violencia de género al hombre que satisface su deseo de asesinar.