PENSANDO EN UN FUTURO DESEABLE
Al finalizar el año, con algunas reminiscencias del
2001, pero con la certeza de un panorama mucho más complejo del que vivimos
hace 20 años, resulta necesario que los argentinos honorables y patriotas, que
se niegan a rendirse, se congreguen para participar activamente en la vida
cívica, de manera coordinada, orgánica y pública, buscando la manera efectiva
de influir en las decisiones, utilizando todos los medios lícitos disponibles,
al margen de las preferencias teóricas de cada uno. Puesto que la política,
como procuración del bien común de la sociedad, requiere conocer la realidad
existente y partir de ella para intentar mejorarla.
El cambio positivo en el rumbo de la Argentina, no
ocurrirá como consecuencia necesaria de elaborar un buen diagnóstico. Sería
insensato confiar en que, precisamente en el momento más difícil de la historia
nacional, se pueda producir espontáneamente dicho cambio.
Nos parece que la primera tarea a emprender por
quienes realicen este llamado a somatén,
debería ser definir una Estrategia y una Metodología para la acción, adecuadas
para el logro de Objetivos cuantificables, y el Cronograma correspondiente,
para evitar quedarse en actitudes voluntaristas y retóricas, sin metas concretas
ni plazos. Además, para responder adecuadamente a los peligros y dificultades
que caracterizan a la situación actual, los medios a utilizar tendrán que ser
los necesarios para enfrentar al enemigo del interés nacional.
Si comenzamos, por ejemplo, rechazando el art. 38 de
la Constitución Nacional, que establece como única vía para la representación
ciudadana al partido político, nos esterilizamos de entrada y nos conformamos
con seguir soñando con un futuro mejor.
Conviene recordar, al respecto, la dura advertencia de
Pablo VI, en Octogesima adveniens:
“La apelación a la utopía es, con frecuencia, un cómodo pretexto cuando se
quiere rehuir las tareas concretas y refugiarse en un mundo imaginario; vivir
en un futuro hipotético, significa deponer las responsabilidades inmediatas”.
(p. 37)
Esta frase se reproduce textualmente en el Modelo
Argentino (pg. 88), presentado en 1974, por un Presidente que fue el único en
la historia en ser elegido en tres oportunidades para dicho cargo; nadie puede
negar que algo entendía de política.
En los últimos 30 años, varios dirigentes intentaron
armar una propuesta alternativa; con mayor o menor apoyo electoral, todas
fueron desgastándose y no lograron permanecer:
Rico – Sobisch – De Narvaez – Breide Obeid – Lavagna -
Gómez Centurión.
Vale la pena analizar las dificultades que tuvieron,
para poder eludirlas. Aprovechemos la experiencia de quienes, antes que
nosotros, intentaron lograr la restauración de nuestra Patria.