Se han producido este mes tres manifestaciones públicas de dignatarios de la Iglesia Católica en nuestro país, que consideramos incorrectas pues no se ajustan al Magisterio oficial, al intervenir en cuestiones que no corresponden a la misión y atribuciones del clero.
1. En nuestra diócesis de Córdoba, la Pastoral Social sorprendió por el contenido de una carta (12-12-17) a los Diputados Nacionales del distrito sobre la reforma jubilatoria que estaba en debate en el Congreso, solicitando que se rechace "toda iniciativa que atente en términos reales contra la situación material de los jubilados". Como el único proyecto -finalmente aprobado- pertenecía al oficialismo, la exhortación implicaba el pedido de rechazo del mismo.
2. El Obispo de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro, intervino activamente en los sucesos derivados de incidentes producidos en la Patagonia por un grupo de mapuches, insistiendo en la necesidad del diálogo y advirtiendo sobre el peligro de "crear un enemigo interno". La ministra de Seguridad de la Nación debió responder que "los que decidieron ser enemigos del Estado fueron ellos", que postulan un etnonacionalismo. La denominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), "es un grupo que practica la violencia extrema, que no reconoce al Estado argentino ni a los estados provinciales, que se han aislado y generan incertidumbre y violencia". Están imputados judicialmente por 96 hechos delictivos, cometidos en los últimos meses.
(La Nación, 28-12-17)
3. El cardenal primado de la Argentina, monseñor Mario Poli, dirigió una carta abierta al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que retire un proyecto de creación de una universidad destinada a la formación docente, en reemplazo de los 29 centros públicos actuales.
(La Nación, 28-12-17)
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (p. 83) afirma que "La doctrina social implica también responsabilidades relativas a la construcción, la organización y el funcionamiento de la sociedad: obligaciones políticas, económicas, administrativas, es decir de naturaleza secular, que pertenecen a los fieles laicos, no a los sacerdotes ni a los religiosos".
El Catecismo, por su parte, enseña que: "No corresponde a los pastores de la Iglesia intervenir directamente en la actividad política y en la organización de la vida social. Esta tarea forma parte de la vocación de los fieles laicos, que actúan por su propia iniciativa con sus conciudadanos. (p. 2442)