miércoles, 30 de diciembre de 2020

RESULTADO PREVISIBLE

 


Los números fríos de la votación de ayer en el Senado, aprobando la legalización del aborto, confirman lo que debería haberse previsto. Considero que quienes pretendemos vivir y actuar en la vida cívica argentina, según las normas del orden natural y cristiano, tenemos la obligación de realizar un diagnóstico preciso de la realidad nacional para poder, luego, procurar la solución a los problemas.

El año pasado publicamos un comentario referido a una encuesta sobre creencias religiosas en la Argentina, publicada por el Conicet. Los datos contenidos en dicho trabajo no han sido cuestionados por ningún investigador y tampoco por las autoridades eclesiásticas.

Estimo oportuno reproducir a continuación el comentario citado, resaltando el dato más preocupante: el 80 % de los católicos argentinos consideran que la mujer puede abortar, en algunos casos, o siempre.

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 http://mario-meneghini.blogspot.com/2019/11/catolicismo-argentino.html

lunes, 28 de diciembre de 2020

ORACIÓN POR LA VIDA

 


 

Oh María,

aurora del mundo nuevo,

Madre de los vivientes,

a Ti confiamos la causa de la vida:

mira, Madre, el número inmenso

de niños a quienes se impide nacer,

de pobres a quienes se hace difícil vivir,

de hombres y mujeres víctimas

de violencia inhumana,

de ancianos y enfermos muertos

a causa de la indiferencia

o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo

sepan anunciar con firmeza y amor

a los hombres de nuestro tiempo

el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo

como don siempre nuevo,

la alegría de celebrarlo con gratitud

durante toda su existencia

y la valentía de testimoniarlo

con solícita constancia, para construir,

junto con todos los hombres de buena voluntad,

la civilización de la verdad y del amor,

para alabanza y gloria de Dios Creador

y amante de la vida.

 

Dado en Roma, junto a san Pedro, el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995, decimoséptimo de mi Pontificado.

 

IOANNES PAULUS PP. II

jueves, 17 de diciembre de 2020

SALUDOS

 

Al finalizar el año, el Centro de Estudios Cívicos saluda y agradece a sus socios, amigos y seguidores que nos acompañan habitualmente en nuestras actividades de difusión cultural.

Pese a las dificultades provocadas por la pandemia, hemos podido mantener actualizados nuestros blogs, publicado artículos, y cuatro números de la revista Orden Natural *.

Para paliar de algún modo la imposibilidad de reuniones presenciales, abrimos un canal de Youtube donde están archivados 10 videos dedicados al Ciclo “Hitos de la Historia Argentina”, que pueden verse en dicho sitio, buscando:

Centro de Estudios Cívicos

Esperamos poder continuar el año próximo con nuestra tarea.

Córdoba, 17-12-2020

Mario Meneghini

·         www.orden-natural.blogspot.com

viernes, 4 de diciembre de 2020

jueves, 19 de noviembre de 2020

viernes, 30 de octubre de 2020

GUERRA DE MALVINAS

 FUE UNA GUERRA JUSTA




miércoles, 21 de octubre de 2020

miércoles, 2 de septiembre de 2020

miércoles, 26 de agosto de 2020

COINCIDENCIA CON EDUARDO DUHALDE

 


El Centro de Estudios Cívicos, de Córdoba, manifiesta su coincidencia con las reflexiones del ex Presidente, que han dado origen a una polémica, insólita, pero demostrativa del grado de incompetencia e hipocresía que existe en la dirigencia  argentina.

Sin tener ningún compromiso –personal ni político- con el Dr. Duhalde, no podemos dejar de reconocer su persistente esfuerzo en propiciar el consenso en torno de objetivos básicos, que permitan superar la crisis crónica de nuestro país. El 21 de agosto, invitados por dicho dirigente, catorce referentes religiosos y sociales suscribieron el Compromiso Social Amplio, hecho que pasó desapercibido en los medios de comunicación. (1)

Recordemos, además,  que el ex mandatario es uno de los pocos que, luego de dos décadas de retirarse de toda función pública, no ha recibido ninguna imputación judicial.

Nuestra adhesión a su advertencia sobre la grave situación que afecta a la Patria, no es oportunista; varios días antes de las entrevistas en las que manifestó  su opinión, publicamos el artículo que reproducimos a continuación.


Centro de Estudios Cívicos, 26-8-20


Prof. Flavia Villani – Arq. Jorge Cima – Dr. Mario Meneghini – Dr. Andrés Torres – Dr. Carlos Vargas

 

 

NO EXISTE SOCIEDAD DONDE NO HAY ORDEN

 

Hace exactamente dos siglos (19-8-1820), San Martín, en carta a los cuyanos, escribió esta frase lapidaria. Hoy en la Argentina, después de muchos avatares, comprobamos la exactitud de dicho pensamiento; la comunidad nacional, que sobrevive, no llega a configurar en la actualidad una sociedad, pues carece de orden.

Primero dejó de funcionar el Estado argentino, hace 50 años, al no cumplir las tres funciones esenciales que le corresponden: la integración social, el planeamiento y la conducción. (*)

Pero después, también la sociedad -de quien el Estado debe ser el órgano de conducción-, se fue anarquizando y no cumple cabalmente su finalidad. Recordemos que la sociedad civil se forma  de modo reflexivo y voluntario; surge, en un territorio determinado, porque una mayoría en la población que lo habita  decide darle origen o ratificar su continuidad.

Siguiendo a Weber, llamamos sociedad a una relación social cuando, y en la medida en que, la actitud en la acción social se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) o también en una unión de intereses con igual motivación.

Aunque resulte doloroso reconocerlo, es comprensible que muchos ciudadanos ya no adviertan que exista la concordia, elemento indispensable para que una sociedad funcione adecuadamente. Y no puede haber concordia, o amistad social, si se desconfía de la posibilidad de que las autoridades puedan mantener el orden en la convivencia, y garantizar un mínimo de seguridad y control.

Basta recordar ciertos datos recientes:

-El 7 de agosto, el Presidente reconoció que: “necesitamos construir cárceles porque si el delito crece, más gente será condenada…”.

-Vinculado a lo anterior, datos oficiales del Ministerio de Justicia reconocen que existen 46.982 prófugos en el país.

-IDESA, Instituto para el Desarrollo Social Argentino, acaba de publicar un informe sobre el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), revelando que el 46 por ciento de los receptores corresponde al grupo familiar unipersonal, que se determina por una simple declaración jurada. Pues bien, 2,8 millones habrían falseado su declaración; ya que según la Encuesta Permanente de Hogares, quienes integran dicha categoría son 1.307.327 personas, pero se liquidaron en total 4.129.036 órdenes de pago. (La Voz del Interior, 10-8-20)

 

Córdoba, 18-8-2020

 

(*) www.mario-meneghini.blogspot.com/2012/10/no-existe-la-soberania-pues-no-existe.html

 

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(1)

COMPROMISO SOCIAL AMPLIO

 

“SER GARANTES DEL DIÁLOGO SOCIAL Y LA PAZ EN NUESTRO PAÍS”

 

MPA, 21 agosto, 2020

 

 Reunidos en la sede del Movimiento Productivo Argentino, los abajo firmantes, convocados por el Congreso Mundial del Diálogo Intercultural e Interreligioso y por el ex Presidente Eduardo Duhalde, deseamos expresar nuestra voluntad de participar activamente en el llamado a un Compromiso Social Amplio, que integre a las instituciones religiosas y credos de nuestro país, como así también a todos los sectores de nuestra sociedad, y a hombres y mujeres de buena voluntad.

Creemos:

Que la unidad en la diversidad colaborará con la redención de nuestro país, trayendo consigo un futuro mejor para nosotros y nuestra posteridad.

Que,  así como se declara en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, con Fe en Dios, invocando su protección, podemos intervenir activamente y alcanzar el deseado bienestar general de nuestro pueblo.

Que la Fe en los valores, fundada en el corazón de la juventud, puede ser el motor que impulse el cambio en nuestro camino de dialogo, paz, y libertad.

Que los hombres y mujeres de Fe, deben participar honorablemente en la vida social y política de nuestra democracia.

Por último, nos une la creencia en un Dios todopoderoso y eterno, y la convicción de que “la fe, la esperanza y el amor, nunca deben dejar de ser…”1 Corintios 13.

 

 Eduardo Duhalde, ex presidente de la Nación y presidente del Movimiento Productivo Argentino.

 Gustavo M. Guillermé, Fundador y Presidente del Congreso Mundial de Diálogo Intercultural e Interreligioso “Una Senda hacia la paz”.

Padre Maximo Jurcinovic, en representación de Mons. Oscar Vicente OJEA, Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina CEA y Obispo de la Diócesis de San Isidro.

Rabino Isaac SACCA, Gran Rabino Sefardí de Buenos Aires, Fundador y Presidente de MENORA Organización Mundial para la Juventud.

 Mons. Crisóstomo Juan GASSALI, Arzobispo y Vicario Patriarcal para la República Argentina de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquia.

Arzobispo Kissag MOURADIÁN, Primado de la Iglesia Apostólica Armenia, para Argentina, Uruguay y Chile.

Imán Marwan GILL, Presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadia en Argentina.

 Élder Benjamín DE HOYOS, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Pastora Laura GÓMEZ, Pastora de la Iglesia Bautista, integrante de la Mesa Directiva de ACIERA, Fundadora y Directora de la Fundación Elegí Sonreír.

Prof. Gustavo LIBARDI, Presidente de la Iglesia Scientology de Argentina.

Ing. Sohrab YAZDANI, Miembro Fundador de Green Building Council Argentina y del Centro Educacional para la Paz, Miembro de la Comunidad Bahai de Argentina.

Ram Krishan SINGH KHALSA, Gurdwara Guru Ram Das Ji de la Comunidad Sikh

 Elder Lic Alfredo SALAS, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Pastor Olsvaldo Carnival, Presidente de ACIERA.

Miguel Scozzari, Integrante del Consejo Directivo del Movimiento Productivo Argentino.

 

martes, 18 de agosto de 2020

NO EXISTE SOCIEDAD DONDE NO HAY ORDEN

 


Hace exactamente dos siglos (19-8-1820), San Martín, en carta a los cuyanos, escribió esta frase lapidaria. Hoy en la Argentina, después de muchos avatares, comprobamos la exactitud de dicho pensamiento; la comunidad nacional, que sobrevive, no llega a configurar en la actualidad una sociedad, pues carece de orden.

Primero, dejó de funcionar el Estado argentino, hace 50 años, al no cumplir las tres funciones esenciales que le corresponden: la integración social, el planeamiento y la conducción. (*)

Pero después, también la sociedad -de quien el Estado debe ser el órgano de conducción-, se fue anarquizando y no cumple cabalmente su finalidad. Recordemos que la sociedad civil se forma  de modo reflexivo y voluntario; surge, en un territorio determinado, porque una mayoría en la población que lo habita  decide darle origen o ratificar su continuidad.

Siguiendo a Weber, llamamos sociedad a una relación social cuando, y en la medida en que, la actitud en la acción social se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) o también en una unión de intereses con igual motivación.

Aunque resulte doloroso reconocerlo, es comprensible que muchos ciudadanos ya no adviertan que exista la concordia, elemento indispensable para que una sociedad funcione adecuadamente. Y no puede haber concordia, o amistad social, si se desconfía de la posibilidad de que las autoridades puedan mantener el orden en la convivencia, y garantizar un mínimo de seguridad y control.

Basta recordar ciertos datos recientes:

-El 7 de agosto, el Presidente reconoció que: “necesitamos construir cárceles porque si el delito crece, más gente será condenada…”.

-Vinculado a lo anterior, datos oficiales del Ministerio de Justicia reconocen que existen 46.982 prófugos en el país.

-IDESA, Instituto para el Desarrollo Social Argentino, acaba de publicar un informe sobre el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), revelando que el 46 por ciento de los receptores corresponde al grupo familiar unipersonal, que se determina por una simple declaración jurada. Pues bien, 2,8 millones habrían falseado su declaración; ya que según la Encuesta Permanente de Hogares, quienes integran dicha categoría son 1.307.327 personas, pero se liquidaron en total 4.129.036 órdenes de pago. (La Voz del Interior, 10-8-20)



(*) www.mario-meneghini.blogspot.com/2012/10/no-existe-la-soberania-pues-no-existe.html

 

domingo, 16 de agosto de 2020

San Martín

 LEYENDAS Y FALSEDADES



viernes, 14 de agosto de 2020

LOS 188 AÑOS DE MIRARI VOS

 

1832 -15 de agosto - 2020


La encíclica de Gregorio XVI constituyó un duro golpe para los llamados católicos liberales, en especial a quienes redactaban el periódico L’avenire: Lammenais, Lacordaire y Montalenbert.

El liberalismo tenía una doctrina política y económica; pero se fundaba además en una ideología, que enlazaba con el pensamiento ilustrado del siglo XVIII. Una concepción antropocéntrica del mundo y de la existencia constituía la base de esa ideología liberal. Para ella, los hombres no sólo serían libres e iguales, sino también autónomos, es decir, desvinculados de la ley divina, que no era reconocida socialmente como norma suprema. La libertad de conciencia y pensamiento, de asociación y de prensa, serían derechos absolutos de las personas; la fuente de toda legitimidad de poder provenía del pueblo. Ninguna diferencia hacía la doctrina liberal entre el Cristianismo y las demás religiones. La religión era un asunto que incumbía tan sólo a la intimidad de las conciencias, y la Iglesia, separada del Estado, quedaría al margen de la vida pública y sujeta al derecho común, como cualquier otra asociación.

 

La ideología liberal contenía, sin duda, elementos de genuina raigambre cristiana, pero mezclados con otros de origen muy diverso, que favorecían la secularización de la vida social, el naturalismo religioso y, en última instancia, el ateísmo o la indiferencia.

Los «católicos liberales» mostraban devoción al Papado. Pero la respuesta de Roma fue contraria a las aspiraciones del Catolicismo liberal. La encíclica Mirari vos de Gregorio XVI (15-VIII-1832) condenó los puntos de vista fundamentales de estos grupos: la igualdad de trato a todas las creencias, que conducía al indiferentismo religioso; la separación completa entre Iglesia y Estado, la libertad de conciencia, las libertades ilimitadas de opinión y de prensa.

(Fuente: Catholic.net: El problema del liberalismo; Concepción Carnevale)


*****

Para quienes crean que la Iglesia modificó su doctrina, y actualmente acepta el liberalismo, basta recordar la enseñanza de Pablo VI en la Carta Apostólica “Octogesima adveniens”, de 1971:

“El cristiano que quiere vivir su fe en una acción política, concebida como servicio, tampoco puede adherirse sin contradicción a sistemas ideológicos que se oponen radicalmente o en los puntos sustanciales a su fe y a su concepción del hombre; ni a la ideología marxista…; ni a la ideología liberal, que cree exaltar la libertad individual substrayéndola a toda limitación, estimulándola con la búsqueda exclusiva del interés y del poder, y considerando las solidaridades sociales como consecuencias más o menos automáticas de iniciativas individuales y no ya como un fin y un criterio más elevado del valor de la organización social.” (Nº 26)


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Texto completo de Mirari Vos, en:


www.documentos-magisterio.blogspot.com/2020/08/mirari-vos.html 




miércoles, 29 de julio de 2020

domingo, 5 de julio de 2020

CICLO DE CHARLAS POR YOUTUBE



CENTRO DE ESTUDIOS
       CÍVICOS


CANAL:  “Centro de Estudios Civicos”


HITOS DE LA HISTORIA ARGENTINA
                                                                                                  
1.    Independencia:  julio 9

2.    Cultura nacional:  julio 29

3.    Reconquista de Buenos Aires:  agosto 12

4.    San Martín: agosto 17

5.    Independencia; aportes del interior: setiembre 5

6.    La Constitución Nacional:  setiembre 23

7.    Campañas del Desierto:  octubre 7

8.    Guerra revolucionaria: octubre 21

9.    Guerra de Malvinas: noviembre 4

10. Vuelta de Obligado:  noviembre 20


Expositores:


Andrés Torres, Mario Meneghini, Juan Manuel Lozita, Raúl Tejerina, Jorge Cima.

domingo, 21 de junio de 2020

TOMÁS MORO: ARQUETIPO DEL OBJETOR DE CONCIENCIA (1)



En la víspera de la celebración de Santo Tomás Moro

La objeción de conciencia constituye una forma de desobedecer al derecho positivo, motivada en razones éticas o religiosas (2). Enseña el magisterio de la Iglesia: “En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente” (3).

Precisamente por el testimonio, ofrecido hasta el derramamiento de su sangre, de la primacía de la verdad sobre el poder, Santo Tomás Moro es venerado como ejemplo imperecedero de coherencia moral. Y también fuera de la Iglesia, especialmente entre los que están llamados a dirigir los destinos de los pueblos, su figura es reconocida como fuente de inspiración para una política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana.

De profesión abogado, a los 27 años ya gozaba de gran prestigio, en los ámbitos profesional y cultural, cuando fue elegido para representar al condado de Londres en el Parlamento, comenzando su actuación en la función pública. Posteriormente, y en forma sucesiva, desempeña otros cargos: Sub-Sheriff de Londres, miembro del Consejo Privado del Rey, embajador en cortes europeas, Sub-tesorero del Reino, Canciller del Ducado de Lancaster y, finalmente, Canciller de Inglaterra. Este era el cargo de mayor jerarquía –equivalente a un primer ministro de hoy-, y el rey lo designa para ocuparlo, en un momento de crisis política y económica del país.

Como primer laico en ocupar este cargo –reservado habitualmente para obispos-, Tomás afrontó un período extremadamente difícil, esforzándose en servir al rey y al país. Fiel a sus principios, se empeñó en promover la justicia e impedir el influjo nocivo de quien buscaba los propios intereses en detrimento de los débiles. En 1532, no queriendo dar su apoyo a la pretensión de Enrique VIII de que Roma anulara su matrimonio, para volver a casarse, presentó su renuncia y se retiró de la vida pública.
Constatada su gran firmeza en rechazar cualquier compromiso contra su propia conciencia, el rey, en 1534, lo hizo encarcelar en la Torre de Londres dónde fue sometido a diversas formas de presión psicológica. Tomás Moro no se dejó vencer y rechazó prestar el juramento que se le pedía. Desde la prisión, le escribe a su hija Margarita: “A nadie impedí prestar el juramento; ni siquiera persuadí a ninguno para que lo resistiera. A nadie infundí escrúpulos por prestarlo, ni lo haré, sino que dejo a cada uno librado a su conciencia. Y encontraría razonable que se me permitiese seguir la mía” (4).

El hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral. Esta es la luz que iluminó su conciencia. Y fue precisamente en la defensa de los derechos de la conciencia donde el ejemplo de Tomás Moro brilló con intensa luz.
La historia de Santo Tomás Moro ilustra con claridad una verdad fundamental de la ética política. En efecto, la defensa de la libertad de la Iglesia frente a indebidas injerencias del Estado es, al mismo tiempo, defensa, en nombre de la primacía de la conciencia, de la libertad de la persona frente al poder político. En esto reside el principio fundamental de todo orden civil de acuerdo con la naturaleza del hombre.

Cuando Moro acepta el sello de Canciller, en 1529, lo hace para intentar defender por medio de la acción lo que no puede sostener ya con la pluma. La aceptación de ese cargo ha sido considerada un error; pero, en realidad, no podía elegir. Antes de esa fecha, había explicado al rey Enrique VIII que no transigiría en materia de divorcio; sabiendo esto, el rey prometió darle libertad de conciencia y emplearlo en otros asuntos. Por eso, no podía eludir la aceptación, pues como enseña la Suma Teológica (5): “Si un hombre domina sobre los demás por su ciencia y virtud, sería un mal que no emplease en provecho de los otros su superioridad, según las palabras del Apóstol San Pedro: Cada uno debe emplear en beneficio de los demás la gracia que recibiera”.

Moro lo explicaba así: “Desanimo y temor impiden a una persona realizar el bien para el que estaría capacitado si sumergiese su ánimo en la confianza de la ayuda divina. Muchas veces la cobardía se enmascara de humildad” (6).
Moro creía que podría detener algunos de los desastres que preveía. Era el deber que él mismo había afirmado en su libro “Utopía”, en el diálogo con Rafael: “Si no conseguís realizar todo el bien que os proponéis, vuestros esfuerzos disminuirán por lo menos la intensidad del mal” (7).

Cumpliendo funciones en la corte, era natural para Moro obedecer al Rey y a su superior directo, el Cardenal Wolsey (8). Siempre actuó con lealtad, pero distinguía entre opiniones, que pueden ser discutidas, y certezas, cosas que tenía por seguras, por motivos de fe o de conciencia. La disconformidad parcial, no tenía por qué llevarlo a la desobediencia ni a la necesidad de renunciar. Moro consideraba que no tenía que justificarse ante Dios por la política de Inglaterra, sino únicamente por el cumplimiento honrado de sus funciones.

En el Libro Primero de la “Utopía”, sintetiza magistralmente su posición: “Un buen actor encarna sus personajes de la mejor manera posible, sea cual fuere la obra que represente, pero no turba el conjunto con la mera finalidad de añadir un trozo mejor de otra. En esa forma conviene proceder cuando se interviene en los negocios del Estado y en los consejos de los príncipes. La imposibilidad de suprimir en seguida prácticas inmorales y corregir defectos inveterados no vale como razón para renunciar a la función pública. El piloto no abandona su nave en la tempestad porque no puede dominar los vientos” (9).

Consideramos que la posición indicada coincide con la doctrina tradicional del “mal menor”. Como señala León XIII en la Encíclica Libertas: no pudiendo la autoridad humana impedir todos los males, debe permitir y dejar impunes muchas cosas que son, sin embargo, castigadas justamente por la divina Providencia (San Agustín, De libero arbitrio) (10). El Papa agrega que la tolerancia al mal es un postulado propio de la prudencia política.
Para alcanzar la prudencia, es inteligente pedirla a Dios, ya que se trata de una virtud y, según señala el P. Ribadeneira “así como el gusto estragado juzga mal de los sabores, así la voluntad estragada con alguna pasión se ciega y juzga mal de las cosas. Y por eso, dice Aristóteles que es imposible que sea prudente el que no es virtuoso” (11).

Contrasta la actitud de Moro con la de muchos hombres de hoy, inteligentes y honestos, que parecen creer que la acción cívica sólo se justifica cuando existen garantías de acceder al poder para aplicar íntegramente la sana doctrina. Como explicó Juan Pablo II: “Para el cristiano de hoy, no se trata de huir del mundo en el que le ha puesto la llamada de Dios, sino más bien de dar testimonio de su propia fe y de ser coherente con los principios, en las circunstancias difíciles y siempre nuevas que caracterizan el ámbito político” (Discurso, 4-11-2000).

El mismo pontífice, 31 de octubre del año 2000, proclamó a Santo Tomás Moro “Patrono de los Gobernantes y de los Políticos”, afirmando: Su vida nos enseña que el gobierno es, antes que nada, ejercicio de las virtudes (Carta de Proclamación).

Al respecto, debemos destacar que la Política debe ser regida por la virtud de la prudencia, no por el arte, ya que pertenece al campo de lo agible, no de lo factible. Como enseña Santo Tomás: el arte versa sobre las cosas factibles, es decir que están constituidas en la materia exterior, como la casa, el cuchillo y semejantes; y la prudencia, sobre las operables, a saber, las que están en el mismo operante (12).

El juicio prudencial debe evaluar la situación concreta del aquí y el ahora, y determinar la decisión de lo que debe hacerse y cómo hacerlo. Por ello Moro conserva su cargo de Canciller mientras parecía haber una mínima posibilidad de impedir el divorcio del rey. Exactamente hasta el 15 de mayo de 1532, en que se sometieron los obispos y el rey se declaró cabeza de la Iglesia de Inglaterra en lugar del Papa. A partir de entonces, continuar en el cargo hubiese significado complicidad, por eso renuncia ese día y no otro. Pero se va en silencio, sin criticar al rey; simplemente se abstiene de opinar. Varios años antes había escrito sobre la orden de Cristo a sus discípulos de que, si los perseguían en una ciudad huyeran a otra. Los cristianos, decía Moro, no deben perseguir el martirio y ponerse en riesgo de negar a Cristo por no poder soportar alguna tortura.

Con este sentido de la prudencia, asume el martirio, recién cuando no puede evitar hablar, porque para el rey y su nuevo canciller, sólo servía un Moro que callaba porque estaba muerto, o que vivía porque asentía.

Finalizamos con palabras de Juan Pablo II: “Que por intercesión de Santo Tomás Moro todos los hombres y mujeres comprometidas en la vida pública se preocupen por el bien común y actúen siempre de acuerdo con la verdad y su conciencia” (5-11-2000).


NOTAS
1) Tomamos la expresión de Portela (ob. cit., p. 80).

2) Portela, ob. cit., p. 30.
3) Constitución pastoral Gaudium et Spes, 7-12-1965, nº 16.
4) Moro, Tomás. “Palabras de animación”; Buenos Aires, Editorial Guadalupe, 1980, pp. 56/57.
5) Suma Teológica, Ia. Iiae, c. XCVI, a. 4.
6) Moro,Tomás. “Consuelo en la Tribulación, II.13; cit. en “Palabras…”, ob. cit., p. 80.
7) Utopía; Buenos Aires, Sopena Argentina, 1944, p. 64.
8) No se priva Moro, sin embargo, a decirle al Cardenal: “Yo creo que los hombres de estado que renuncian a su propia conciencia en atención a sus deberes políticos, no hacen más que llevar a su país al caos por el camino más corto”.
9) Ibid., p. 64.
10) Encíclica Libertas; Nº 23.
11) Ribadeneira, P. Pedro de. “El Príncipe Cristiano”; Buenos Aires, Sopena Argentina, 1942, p. 147.
12) Suma Teológica; Cuestión XLVII, art. V.

Fuentes:

-Boletín Acción, Nº 53 (julio 2001).
-Juan Pablo II. Carta Apostólica en forma de Motu Propio, para la proclamación de Santo Tomás Moro como Patrono de los Gobernantes y los Políticos, 31-10-2000.
-Portela, Jorge Guillermo. “La justificación iusnaturalista de la desobediencia civil y de la objeción de conciencia”; Buenos Aires, EDUCA, 2005.
-Prévost, André. “Tomás Moro y la crisis del pensamiento europeo”; Madrid, Ediciones Palabra, 1972.


sábado, 23 de mayo de 2020

CORDOBAZO




En vísperas de los homenajes que se realizarán para celebrar (sic) un nuevo aniversario del Cordobazo, me parece necesario manifestar opinión, ya que  fui testigo directo de dicho acontecimiento. Como estudiante universitario tuve oportunidad de visitar unos días antes al gobernador de la Provincia, con un grupo de compañeros, inquietos por los rumores de lo que podía suceder. El Dr. Carlos Caballero, que luego sería mi maestro, nos confirmó lo que se estaba preparando, y que ya había informado al gobierno nacional. Me limitaré a resumir datos y análisis de los antecedentes citados.

Como afirma el historiador Roberto Ferrero (1), historiadores y periodistas “alineados con los sectores radicalizados de la izquierda mitificaron el gran suceso que quedó bautizado como el “Cordobazo”, calificándolo como un movimiento espontáneo”. Sin embargo, esta interpretación ha sido refutada, entre otros,  por un participante, Lucio Garzón Maceda (2), quien describe como fue preparado este levantamiento. Los cócteles molotov fueron “elaborados en el patio trasero de la vieja casa del Smata de calle 27 de Abril 663 y en su camping de Saldán”, con la supervisión del  “Gringo” Tosco (Luz y Fuerza) y de Elpidio Torres (Smata).

Luego diagramaron el recorrido que los trabajadores harían por las calles de la ciudad; la provisión de las molotovs, de recortes de hierro y de bulones y tuercas para ser lanzados con gomeras; el lugar y la hora del acto principal; las reuniones con diversos gremios para establecer en qué momento se sumarían a la columna principal, y las conversaciones con la dirigencia estudiantil (los reformistas, con Tosco, y los integralistas socialcristianos, con Torres), para establecer el esquema de la colaboración de los miles de estudiantes universitarios, especialmente de la zona del Clínicas.

Como dice Torres en su libro "El Cordobazo. La historia": “Nada estaba librado al azar. Todo había sido organizado. Ello quedó demostrado aun en los más mínimos detalles”.
Estuvieron ausentes los mercantiles y la Asociación Bancaria, cuyas dirigentes habían pactado con el gobernador, Carlos Caballero, integrar el Consejo Asesor Provincial, creado por ese mandatario.

Entre los universitarios, faltaron a la cita los militantes de los grupos de ultraizquierda, que repudiaron la movilización por haber sido organizada por la “burocracia sindical” y se dieron la alternativa de ir a los barrios para “concientizar” a los trabajadores, porque ellos estaban iluminados por la luz de su radicalismo.

Aquel día, la ciudad de Córdoba quedó bajo el control de la subversión, perfectamente organizada, que nada improvisó. La policía fue completamente desbordada y debió replegarse a sus instalaciones. La subversión se apoderó del centro de la ciudad y bloqueó los accesos. Se incendiaron numerosos negocios y edificios, entre ellos las sucursales de Citroen y de Xerox, símbolos para los manifestantes del imperialismo capitalista. Durante varios días se escucharon disparos de francotiradores. Ante la gravedad de la situación, durante las últimas horas de la tarde el gobierno nacional ordenó que tropas del Ejército, entraran a la ciudad para controlar el caos. La IV Brigada Aerotransportada con su comandante, el general Jorge Carcagno, debió combatir. El retorno a la normalidad requirió varios días, con un saldo de muertos, heridos y cuantiosas pérdidas materiales.

Exactamente un año más tarde, el 29-5-70, fue secuestrado y asesinado el general Aramburu, hecho que marca el comienzo de la guerra revolucionaria.

Lo ocurrido en Córdoba no fue fruto de la casualidad; en la provincia tenía su epicentro el sindicalismo clasista, lo que puede resultar curioso ya que en ese distrito el ingreso per cápita era uno de los más altos del país, debido a la potencia de sus empresas industriales. Es que la fuerza del ideologismo había logrado instalarse en la dirigencia gremial. La Confederación General del Trabajo quedó dividida en dos sectores: la peronista ortodoxa, CGT Azopardo, y la CGT de Paseo Colón, con sede en el sindicato de Gráficos. Esta última, liderada por Raimundo Ongaro, quien mantenía estrechos nexos con los dirigentes subversivos y adhirió a la postura del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), que realizó un encuentro nacional, en Colonia Caroya, antes del Cordobazo.

En el encuentro citado, efectuado entre el 3 y el 5 de mayo de 1969, se concluyó, por ejemplo: “Dada la experiencia histórica y la situación creada por un estado de violencia institucionalizada y de represión sin escrúpulos, no se vislumbra una salida verdadera y eficaz que no apele a la lucha armada del pueblo por su total liberación y por la instauración de un auténtico socialismo”. (3)

Luego del Cordobazo, el 27-6-69, los coordinadores regionales del Movimiento emitieron una declaración, asegurando:
“Es falso que los incendios y destrozos realizados hayan respondido a un plan premeditado para realizar actos de vandalismo indiscriminado.
Hemos podido comprobar que todo comenzó con una marcha pacífica de obreros y estudiantes desarmados que se vieron obligados a defenderse con todo lo que tuvieron a mano, después que la policía utilizó contra ellos sus armas de fuego, matando a mansalva a algunos de los manifestantes.
Comprendemos que su indignación los haya llevado al extremo de incendiar y destruir algunas propiedades y vehículos pertenecientes a quienes consideraron responsables de esa situación. Los bienes atacados eran todos propiedad del Estado, de las Fuerzas Armadas o de prominentes oligarcas.” (4)

Ongaro aseguraba que mantenía  una comunicación permanente con Dios y con la Virgen, a quienes presentaba como fuente de su inspiración política. Pese a que sostenía que no era marxista, en la revista Cristianismo y Revolución, de abril de 1969, destacaba: “La clase trabajadora tiene como misión histórica la destrucción hasta sus cimientos del sistema capitalista de producción y distribución de bienes. Nuestras esperanzas no transitan por el camino de las urnas…”. “Nuestra tierra tiene que ser liberada y todo nuestro pueblo en armas tiene que hacer esto…”.

Las consecuencias políticas e ideológicas del Cordobazo fueron muchas y variadas, e influyeron para generar un imparable proceso de debilitamiento del gobierno militar. Ese fue uno de los objetivos principales de la operación insurreccional de masas, la primera de su tipo ocurrida en el país y una de las más importantes que haya tenido lugar en el continente.

(Actualización de lo publicado: 27 de mayo de 2019)


(1)  “Entre el mito y la realidad”; La Voz del Interior, 27-5-19.
(2)  La Voz del Interior, 28-5-15.
(3)  Bresci, Domingo (Comp.). “Documentos para la memoria histórica. Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo”; Centro Salesiano de Estudios San Juan Bosco, 1994, p. 74.
(4)  Bresci, op. cit., p. 83.


Fuentes:
Acuña, Carlos Manuel. “Por amor al odio. La tragedia de la subversión en la Argentina”; Buenos Aires, Ediciones del Pórtico, 2000.
Díaz Bessone, Ramón Genaro. “Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978)”; Buenos Aires, Círculo militar, 1988.

jueves, 14 de mayo de 2020

ANIVERSARIO DE LA QUADRAGESIMO ANNO



1931 -15 de mayo – 2020

Mañana se cumplen 89 años de la encíclica Quadragesima anno, del papa Pío XI, uno de los pilares de la Doctrina Social de la Iglesia. Dedicada a conmemorar otra encíclica importante, la Rerum novarum, de León XIII, promulgada el 15 de mayo de 1931.

En los 40 años transcurridos, se había producido en la realidad social y económica del mundo, un cambio notable. A fines del siglo  XIX cundía la lucha de clases, entendida como enfrentamiento vital, no como simple contienda de intereses. En 1931, continuaba ese problema, pero no era ya el mal principal, centrado ahora en la progresiva desintegración de la sociedad.

En 1891 la actividad económica era controlada por un capitalismo liberal de pequeñas unidades económicas. En 1931 el capitalismo de los grandes monopolios constituía el régimen económico, con una acumulación de poder y de recursos, como fruto natural de la ilimitada libertad de los competidores, que abusan de su influencia en los conflictos. También en las relaciones de la naciones, surge el funesto y execrable internacionalismo o imperialismo internacional del dinero, para el cual, donde el bien, allí la patria.

La encíclica promueve, frente a esta realidad, la restauración del orden social, señalando cual debe ser el principio rector de la economía, que no puede funcionar adecuadamente sin la justicia social y la caridad social.

Reproducimos a continuación algunos párrafos del documento, cuyo texto completo conviene leer, aprovechando el actual aislamiento social.

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79. Pues aun siendo verdad, y la historia lo demuestra claramente, que, por el cambio operado en las condiciones sociales, muchas cosas que en otros tiempos podían realizar incluso las asociaciones pequeñas, hoy son posibles sólo a las grandes corporaciones, sigue, no obstante, en pie y firme en la filosofía social aquel gravísimo principio inamovible e inmutable: como no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos y absorberlos.

80. Conviene, por tanto, que la suprema autoridad del Estado permita resolver a las asociaciones inferiores aquellos asuntos y cuidados de menor importancia, en los cuales, por lo demás perdería mucho tiempo, con lo cual logrará realizar más libre, más firme y más eficazmente todo aquello que es de su exclusiva competencia, en cuanto que sólo él puede realizar, dirigiendo, vigilando, urgiendo y castigando, según el caso requiera y la necesidad exija.

Por lo tanto, tengan muy presente los gobernantes que, mientras más vigorosamente reine, salvado este principio de función "subsidiaria", el orden jerárquico entre las diversas asociaciones, tanto más firme será no sólo la autoridad, sino también la eficiencia social, y tanto más feliz y próspero el estado de la nación.

81. Tanto el Estado cuanto todo buen ciudadano deben tratar y tender especialmente a que, superada la pugna entre las "clases" opuestas, se fomente y prospere la colaboración entre las diversas "profesiones".

82. La política social tiene, pues, que dedicarse a reconstruir las profesiones. Hasta ahora, en efecto, el estado de la sociedad humana sigue aún violento y, por tanto, inestable y vacilante, como basado en clases de tendencias diversas, contrarias entre sí, y por lo mismo inclinadas a enemistades y luchas.

83. Efectivamente, aun cuando el trabajo, como claramente expone nuestro predecesor en su encíclica (cf. Rerum novarum, 16), no es una vil mercancía, sino que es necesario reconocer la dignidad humana del trabajador y, por lo tanto, no puede venderse ni comprarse al modo de una mercancía cualquiera, lo cierto es que, en la actual situación de cosas, la contratación y locación de la mano de obra, en lo que llaman mercado del trabajo, divide a los hombres en dos bancos o ejércitos, que con su rivalidad convierten dicho mercado como en un palenque en que esos dos ejércitos se atacan rudamente.

Nadie dejará de comprender que es de la mayor urgencia poner remedio a un mal que está llevando a la ruina a toda la sociedad humana. La curación total no llegará, sin embargo, sino cuando, eliminada esa lucha, los miembros del cuerpo social reciban la adecuada organización, es decir, cuando se constituyan unos "órdenes" en que los hombres se encuadren no conforme a la categoría que se les asigna en el mercado del trabajo, sino en conformidad con la función social que cada uno desempeña.

Pues se hallan vinculados por la vecindad de lugar constituyen municipios, así ha ocurrido que cuantos se ocupan en un mismo oficio o profesión —sea ésta económica o de otra índole— constituyeran ciertos colegios o corporaciones, hasta el punto de que tales agrupaciones, regidas por un derecho propio, llegaran a ser consideradas por muchos, si no como esenciales, sí, al menos, como connaturales a la sociedad civil.

84. Ahora bien, siendo el orden, como egregiamente enseña Santo Tomás (cf Santo Tomás, Contra Genes III 71; Sum. Theol. I q.65 a.2), una unidad que surge de la conveniente disposición de muchas cosas, el verdadero y genuino orden social postula que los distintos miembros de la sociedad se unan entre sí por algún vínculo fuerte.

Y ese vínculo se encuentra ya tanto en los mismos bienes a producir o en los servicios a prestar, en cuya aportación trabajan de común acuerdo patronos y obreros de un mismo "ramo", cuanto en ese bien común a que debe colaborar en amigable unión, cada cual dentro de su propio campo, los diferentes "ramos". Unión que será tanto más fuerte y eficaz cuanto con mayor exactitud tratan, así los individuos como los "ramos" mismos, de ejercer su profesión y de distinguirse en ella.

85. De donde se deduce fácilmente que es primerísima misión de estos colegios velar por los intereses comunes de todo el "ramo", entre los cuales destaca el de cada oficio por contribuir en la mayor medida posible al bien común de toda la sociedad.
En cambio, en los negocios relativos al especial cuidado y tutela de los peculiares intereses de los patronos y de los obreros, si se presentara el caso, unos y otros podrán deliberar o resolver por separado, según convenga.

86. Apenas es necesario recordar que la doctrina de León XIII acerca del régimen político puede aplicarse, en la debida proporción, a los colegios o corporaciones profesionales; esto es, que los hombres son libres para elegir la forma de gobierno que les plazca, con tal de que queden a salvo la justicia y las exigencias del bien común (cf Immortale Dei, 1 de noviembre de 1885).

87. Ahora bien, así como los habitantes de un municipio suelen crear asociaciones con fines diversos con la más amplia libertad de inscribirse en ellas o no, así también los que profesan un mismo oficio pueden igualmente constituir unos con otros asociaciones libres con fines en algún modo relacionados con el ejercicio de su profesión.
Y puesto que nuestro predecesor, de feliz memoria, describió con toda claridad tales asociaciones, Nos consideramos bastante con inculcar sólo esto: que el hombre es libre no sólo para fundar asociaciones de orden y derecho privado, sino también para "elegir aquella organización y aquellas leyes que estime más conducentes al fin que se ha propuesto" (Rerum novarum, 42).

93. Los colegios o corporaciones están constituidos por delegados de ambos sindicatos (es decir, de obreros y patronos) de un mismo oficio o profesión y, como verdaderos y propios instrumentos e instituciones del Estado, dirigen esos mismos sindicatos y los coordinan en las cosas de interés común.

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